jueves, 25 de febrero de 2021

Los Desert Riders

 Mis primeros guías en la Sierra Gorda



Para poder escribir esta entrada del blog he puesto algo de música de Sabina, use la computadora vieja, la mía no la de la oficina que tiene bastantes mas gracias que esta, he meditado toda la semana que es lo que escribiré y pase a una cantina por algo de beber y comer. Todo eso era menester para estar a tono con mi relato.

No recuerdo como es que llegaron a DPQ, pero creo que fue Chava el primero de ellos, después de algún modo ya conocía a todos y salía con ellos.

Según cuenta una leyenda de cantina, de las cuales ellos me mostraron muchas de Querétaro, se les conoce como Desert Riders porque alguna vez se encontraron por los caminos de la Sierra a un viajero extranjero al cual acompañaron por algún tiempo, al cabo del cual al despedirse les dijo después de conocer con ellos la zona del semi desierto: "ustedes son unos auténticos Desert Riders" 

No es que fueran por ahí diciendo quienes eran, mas bien a raíz de la anécdota que los comencé a llamar así.

Son Chava, Roberto, El Vivas, Ragnar, Delfino, a veces Armando, a veces alguno otro. Ellos y todo tipo de moto de doble propósito, chicas, grandes, medianas, eso siempre fue lo de menos.





Unos auténticos aventureros que toman camino y se paran en cualquier tienda por una cerveza que luego eran dos o tres y siguen sin GPS, sin guía, sin mapas, solo con una idea de a donde van y preguntando cada vez que creen que se debe. 

 Yo fui con ellos varias veces, me tiraban carrilla por ser el mas fresa del grupo, pero también aplicaba la de "quien te quiere te jode", conocí varias de las rutas clásicas de la Sierra Gorda cuando yo no sabia por donde ir, las conocí en sus versiones mas coherentes y algunas veces en sus versiones mas extremas, nos metíamos en problemas mas de una vez en cada ruta pero siempre volvíamos enteros, pocas veces hubo contratiempos. 

Siempre tendré grandes y buenos recuerdos de los días en la Sierra con ellos.

Cuando DPQ comenzó a crecer y yo hice varios experimentos de como tener control para poder ofrecer seguridad y con ello vinieron algunas reglas, ellos como almas libres que son, se alejaron.

Aún se les puede ver por ahí, rodando en el desierto o refrescándose en las tienditas con una, dos... tres caguamas.

Sea este un homenaje a todas aquellas almas libres que viven el motociclismo sin reglas pero con respeto, sin publicar cada paso que dan pero que en una mesa de cantina te cuentan la mejor historia que habrás escuchado.

¡Salud Desert Riders del Mundo!

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